Hoy, recuerdo cada nuevo comienzo que
he tenido en mi vida, unos mejores que otros, pero todos así;
nuevos. He de decir, que este en particular ha sido uno de mis
mayores logros en la vida, un gran comienzo que ha ido como un cohete
hasta el fin del universo, conquistando todo a su paso, como una
utopía que se convierte en la excepción que confirma la regla...
Toc toc.
- Sara.
- Levanto la vista. - No sé para qué llamas a la puerta si no vas a esperar a que te dé permiso.
- Malas costumbres, jefa. - encoje los hombros con un aire inocente.
- Dime.
- Correos ha traído esto a tu nombre. Sin remitente.
- Gracias. Lo abriré luego. Ve a casa, anda, que ya es tarde y Robert te estará esperando.
- Si, sólo quería dejarte este paquete antes de hacerlo. No te vayas muy tarde...
- Tranquila, no lo haré. - Le sonrío para que se quede tranquila.
Veo que cierra la puerta... Asia.
¿Recordáis mi nuevo comienzo?, ¿La secretaría? Ella es su hija.
Su madre ha estado todo este tiempo a mi lado siendo mi mano derecha,
ha sido mi gran amiga y consejera, gracias a ella he tomado muchas de
las mejores decisiones de mi vida, para ser rubia de bote... no era
nada tonta. Ahora se ha retirado a disfrutar de lo que le pueda
quedar de la vida como se merece y Asia... Aquí está, siguiendo los
pasos de esa gran mujer que es su madre.
Y ahora me encuentro aquí, en el mayor
punto de inflexión de mi vida, en la que la gran parte vivida se
pelea con la que aún me queda por vivir. Dejar parte del gran amor a
mi trabajo, para darle un hueco a vivir de lo que ello me ha
deparado. Aquí estoy, en lo alto de la gran Torre de Cristal, dónde
se encuentra mi despacho rodeado del mayor jardín vertical de
Europa. Ha sido un regalo que mis ojos hayan podido ver crecer día a
día tal hermosura. Hay un papel encima del escritorio que cede todo
mi mundo a mi hijo, un papel que dice que aquí se acaba una etapa de
mi vida y que es hora de darle paso a la siguiente generación. Al
lado hay una libreta en la que he ido escribiendo cada una de mis
memorias a lo largo de los años... Si no os importa... me gustaría
volver a leerla con ustedes, antes de que firme ese dichoso papel que
será el fin de esta libreta tan llena de vida. Como iba diciendo...
¡Como odiaba los cambios!